miércoles, 4 de febrero de 2009

Si Dios conmigo quien en mi contra

Tengo el doble de edad, desde el día en que te conocí. Aquella vez que me bautizaron, por primera vez entendí, que la cálida y cariñosa presencia que me protegía en todas las travesuras, acompañándome hasta que la calma retornara, eras tu Dios, siempre fuiste Tú.

Solo conozco el amor de hijo a Padre, pero creo firmemente que el amor de un Padre es inconmensurable. Debes quererme mucho Dios, porque hasta en el peor de mis desaciertos me has consolado y jamás castigo alguno conocí.

Soy testigo de un gran milagro tuyo, el que hiciste por mí. Desde mis alborotados 14 años de nuestro encuentro, te quiero por encima de todas las cosas, Tú lo sabes mejor que nadie.

Déjame decirte Dios que jamás perdí la confianza en ti y te ruego que tampoco pierdas la confianza en mí.