martes, 24 de marzo de 2009

...

Tengo mucho que agradecer:

Compañías placenteras y sábanas mudas

Amistades solidarias y secretos inefables

Pleitos nocturnos y protección divina

Lecturas inolvidables e historias por contar

Muertos que visitar y vivos que acompañar

Lágrimas olvidadas y personas que reencontrar

Días de luz presente y oscuridades pasadas.
lrz

domingo, 15 de marzo de 2009

El amigo que perdí

Parecía un buen día como cualquier otro para ser libre y quien sabe también para ser feliz. A la una de la tarde de un viernes entré al trabajo como de costumbre, mi compañero de oficina ya se había retirado a refrigerar. Escuchando algo de trova reflexionaba acerca del amor y la amistad, nada serio solo hacía un balance de lo vivido.

Un par de horas después, para ser exacto las tres en punto, uno en uno empezaron a llegar mis colegas de trabajo, marcaron sus tarjetas y se dirigieron a trabajar a la oficina de a lado, no hubo problema, hasta que retornó José (mi amigo y compañero de oficina) bastante alcoholizado, cosa que no censuro por el contrario celebro.
El problema comenzó cuando la embriaguez le susurró al oído la incendiaria idea de prender una fogata en plena oficina, así que cogió mi diario de cortesía y lo prendió, era un bonito fuego de llamas roja y naranjas aunque el humo no me gustó mucho era plomizo y salía en grandes cantidades por la ventana debo aclarar que estábamos en una hemeroteca, donde la más mínima chispa hubiera desatado un incendio descomunal. Uno determina el transcurso del tiempo, parecieron horas, cuando en realidad fueron solo dos minutos, dos minutos que cambiaron nuestras vidas laborales y también nuestra amistad.

Después del par de minutos, por la escalera caracol que conduce a nuestra oficina, vi a la gerente subir para ver lo que pasaba. Entró y observó a José frotándose las manos y acercándolas al fuego, luego me vio a mi sentado en la computadora trabajando como de costumbre, con la pequeña diferencia de mi rostro asombrado por lo que estaba sucediendo.

- ¿Qué están haciendo? – dijo la gerente
- ¡Yo estoy trabajando! – respondí – sorprendido de que me involucre en el incendio que no inicié y tampoco participé.
Para darme cuenta mi compañero había desaparecido y quedé solo enfrentándome a la furia de la gerente.
- ¡RETIRATE! – me gritó
- Pero Usted vio al responsable infraganti, yo no hice nada
- ¡RETIRATE! – grito nuevamente

Al ver la histeria de la gerente decidí marcharme, salí a la calle, saque mi celular del bolsillo y marqué el número de José, pero su móvil estaba apagado, seguí caminando sin rumbo, necesitaba invitarle un trago a José para que me cuente lo sucedido y también deseaba libar para poder escuchar y comprender el porque de la fogata.
En la esquina me encontré con Junior, un colega del trabajo suspendido una semana por haber tomado con José ese mismo día, ambos nos fuimos a un bar de poca luz y poco ruido.
Ya sentados en una mesa del bar, volví a llamar a José, a la tercera timbrada contestó.

- Un par de cervezas, ¿Qué dices? – le pregunté
- Estoy haciendo mis maletas, me voy de viaje – respondió
- Después de medio año de amistad creo que nos merecemos un par de cervezas, te espero. – dije – luego colgué el teléfono.

Estábamos en la segunda cerveza cuando José llegó, no caminaba de manera habitual, por el contrario daba pasos lentos y pesados. Sentados todos le pregunté

- ¿Qué pasó?
- La cagué – respondió con la voz quebrada y lágrimas en los ojos
A veces dos palabras dichas con sinceridad valen más que un discurso lleno de hipocresía y falsedad, lo que me dijo y como lo dijo basto para que en ese mismo momento disculpe lo que hizo.
- ¿A dónde fuiste cuando entró la gerente?
- Bajé al primer piso traté de esconderme y no sirvió de mucho, porque después me encontró en la oficina de secretaría, vociferando, me dijo – LARGATE, LARGATE NO TE QUIERO VER, me botó como un perro.

En ese momento me indigno como la gerente botó a mi amigo.

- Lo que hiciste estuvo mal, no te guardo ningún rencor, recuerda que cada error es una buena oportunidad para empezar nuevamente con mayor inteligencia.
- Hice que perdieran su trabajo, ¡discúlpenme! – con abundantes lágrimas nos comentó.
- Ya todo pasó, prefiero perder un trabajo a perder un amigo, lo que más me molesta es como te trató, gritándote para que todas las personas ajenas escuchen y se enteren de algo que debió de mantenerse en reserva de la empresa, ¿Y a dónde viajas?
- Me voy a visitar a mis padres que no los veo hace mucho tiempo
- Entonces ¡Hagamos que esta día sea memorable!.

Y así fue ese día nos dedicamos a libar y recordar los buenos momentos y también los malos porque no. Conforme pasaba el tiempo más bohemios llegaban a nuestra mesa, entre ellos, Javier, un gran amigo, inteligente por cierto, con quien se puede conversar de la vida, de literatura y también de HF 2.

Ese fin de semana dedique mi tiempo Diana, mi enamorada, después de todo tenía el tiempo del mundo. Me emocioné cuando el sábado a la una de la tarde en un paraninfo de la universidad le entregaron su diploma de maestría, fue una tarde tranquila, almorzamos con sus padres y compañeros, sin que lo notara contemplaba su hermoso rostro y sonreía orgulloso de sus logros académicos.

El lunes por la mañana, fui a mi ex trabajo a recoger mis parlantes.

- Hola Miriam, ¿Cómo estas?
- Hola Lucho
- Vine por mis parlantes y por favor comunícame con la gerente para que autoricé mi pago de los días que he trabajado.
- Dice que te va descontar de las publicaciones que han salido mal
- ¿Cómo?
- Dice que vas a salir debiendo
- Ya no sabe como quedarse con mi dinero, ya no le llames, es inútil, el mundo da vueltas – dije – luego le pregunté ¿Y qué sabes de José?
- ¿No sabes?, el esta arriba trabajando normalmente
- ¿Qué?

En ese momento solo me di la vuelta y salí pensativo. Como es que José volvió a trabajar, acaso dejo de lado su dignidad, después de que lo tratará como un perro y peor aún ¿Como la gerente le permitió volver?, a pesar que ella misma vio con sus propios ojos el fuego que había iniciado, en ese momento entendí que fue en vano mi sacrificio y absurdamente me solidaricé con alguien que no valió la pena.

SOLO LO BARATO SE COMPRA CON DINERO, mañana mas tarde cuando vuelvas la cabeza hacía el pasado veras, que la dignidad no se compra y que la amistad no tiene precio.
Solo me queda decirte que cuando nos veamos en la calle no te molestes en saludarme porque yo no lo haré.

martes, 3 de marzo de 2009

A más de 30 días de cumplir 30 años

Todavía no me puedo morir
primero tengo que agotar
todo el amor que tengo por dar
aún no te puedo acompañar amiga Muerte

Todavía no me puedo morir
a penas conozco unas cuantas ciudades
y me gustaría recorrer el mundo
si es en compañía de unas buenas caderas y
unos buenos tragos, sería como el anticipo del paraíso

Todavía no me puedo morir
porque anhelo algún día tener 15 minutos de fama
si fuesen 30 sería el doble de agradecido

Todavía no me puedo morir
aún no he bebido lo suficiente y
quedan muchas conversaciones pendientes
necesito gozar un poco más de la compañia femenina

antes de que los gusanos gocen conmigo

Todavía no me puedo morir
porque recién voy a cumplir mis 30 primaverales años
aunque a veces me sorprende
como pude sobrevivir a la pubertad
Luis Rosas.